Hoy os traigo una comida muy práctica. Sirve tanto de primer plato como de guarnición o acompañamiento. Es fácil, no requiere mucha elaboración y nos puede salvar de algún apuro, además de ser apta para vegaterianos.
Necesitamos:
500 gr de champiñones blancos frescos (están siempre en la sección de verduras, normalmente empaquetados)
1 cebolla pequeña
1-2 dientes de ajo
3 cucharadas de aceite de oliva
sal
perejil
pimienta negra
guindillas (opcional)
2-3 lonchas de queso (en España el típico queso de sándwich y en Alemania nos vale con uno de los múltiples tipos de quesos en lonchas).
1 copita de vino blanco.
(También podrían añadirse otros productos como zanahorias o tomates)
Tiempo requerido:
30-40 minutos.
Manos a la obra.
1. Cortamos la cebolla en trozos pequeñitos para que se deshagan lo máximo posible al guisarse. Cortamos también el ajo.
2. Dejamos que se caliente el aceite en una olla y echamos la cebolla y el ajo. Añadimos el perejil.
3. Mientras se van haciendo a fuego medio, lavamos los champiñones y los limpiamos de impurezas, restos de tierra, etcétera. Los cortamos en láminas o por la mitad, dependiendo del tamaño, pero en trozos pequeños que puedan cocinarse bien.
4. Cuando la cebolla se haya vuelto transparante, echamos los champiñones, así como sal y pimienta al gusto (yo suelo echar muy poca pimienta, si voy a usar guindillas, y suelo usar sal con "kreuter" para darle un poco más de sabor).
5. Cuando todos los champiñones se hayan dorado un poco, vertemos el vino y las guindillas.
6. Antes de que se consuma todo el vino y quede la salsa, colocamos por encima de los champiñones las lonchas de queso cortadas en tiras.
¡Voilà!
Guten Appetit!
